Hoy nuestro apartado "Para saber más...", nos lleva a conocer un poco más acerca de las importancia de la Educación emocional en el ámbito no sólo escolar sino también familiar. Un pequeño artículo, que merece la pena leer.
"Creo que es bastante evidente
que la educación emocional está en auge en los últimos tiempos. Cada vez somos
más conscientes de la importancia de trabajar este aspecto desde bien
pequeñitos. Antes, no sólo no existía la educación emocional, sino que muchas
veces se reprimían las emociones: los niños no lloran (y los hombres todavía
menos), las niñas sí pueden (en las mujeres la tristeza está mejor vista, ellas
son así) pero han de reprimir la rabia (que es más aceptada socialmente en los
hombres), no hay que enfadarse, no hay que tener miedo... ¿Y por qué había que
reprimir las emociones? ¿Acaso hay emociones buenas y emociones malas? Hoy
sabemos que no es así, que todas las emociones son necesarias, y la reacción a
diferentes estímulos. Hoy sabemos que si reprimimos las emociones, si no
sabemos identificarlas y expresarlas, si las evitamos, sólo vamos a conseguir
generar malestar e incluso intensificarlas (la tristeza se puede convertir en
depresión, el miedo en ansiedad...). Hoy invitamos a los niños a hablar de cómo
se sienten, de sus reacciones, les animamos a contar sus miedos para
superarlos, les abrazamos si están tristes y les escuchamos.
Nunca hay que menospreciar las emociones de los niños, aunque
sus miedos nos parezcan absurdos, aunque pensemos que no tienen motivos para
estar tristes (¡uy, pues todo sea eso! ¡ya verás cuando seas mayor!), aunque no
entendamos por qué se han enfadado. Son sus sentimientos, lo que para ellos es
importante en ese momento. Hay que escucharles y acompañarles en el fascinante
mundo emocional, porque si no lo hacen desde que son niños, les resultará más
complicado cuando sean adultos".
Esta semana comenzamos nuestro trabajo a partir del cuento "El Monstruo de colores". Me parece un
excelente punto de partida para profundizar en el terreno emocional. Una herramienta más, pero bajo mi punto de
vista sólo es la casilla de inicio. A partir del cuento, el trabajo emocional
lo tiene que realizar cada uno, en función de las características de sus hijos
o alumnos, teniendo en cuenta, por supuesto, sus experiencias previas.
Desde el aula ya aportamos nuestro granito de arena y lo hicimos a través del vídeo que vimos en clase del monstruo de colores y de una canción. Esto nos ha llevado, todas las mañana, a contar en clase cómo nos habíamos levantado y ellos, al igual que el monstruo, lo asociaban a un color: "Seño, hoy vengo con camiseta amarilla, estoy contento...", "y yo de color verde...tengo tranquilidad...", decía otro. Les ha motivado muchísimo la historia y han disfrutado al máximo preparando su títere del monstruo de colores para llevar a casa. Les dejo muestra de ello...
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